La entrega se realizará junto a una capacitación a las familias, dictada por especialistas en diabetes infantil en hospitales de mayor complejidad ubicados en Viedma, San Carlos de Bariloche y General Roca.
La llegada de esta tecnología, aprobados para su uso en pacientes pediátricos desde los 4 años y adolescentes con diabetes tipo 1, mejora radicalmente la calidad de vida: elimina la necesidad de múltiples pinchazos diarios, reduce complicaciones y brinda mayor seguridad tanto a los chicos como a sus familias. Además, fortalece la capacidad del sistema de salud de acompañar a una población especialmente vulnerable.
La compra cubre no sólo la provisión de lectores para cada paciente del padrón provincial de diabéticos pediátricos, sino también la previsión de nuevos diagnósticos y el suministro de todos los sensores necesarios durante un año.
Este sistema consiste en un pequeño sensor colocado en la piel que envía datos a un lector o a un celular, lo que permite mediciones en tiempo real sin dolor y facilita la vida escolar, deportiva y social de los chicos.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que requiere un control intensivo y constante para evitar complicaciones agudas y crónicas. En la niñez y adolescencia implica un desafío adicional: lograr la adherencia al tratamiento, manejar la variabilidad metabólica y sostener el apoyo familiar y escolar.
Con esta tecnología, cada control deja de ser un momento de estrés para convertirse en una herramienta de cuidado y tranquilidad.
Mejor control glucémico (reducción de HbA1c).
Menos episodios de hipoglucemia grave y cetoacidosis diabética.
Prevención de complicaciones microvasculares y macrovasculares a largo plazo.
Menor necesidad de internaciones y consultas de urgencia.
Ahorro en costos derivados de complicaciones.
Acceso equitativo a la tecnología para toda la población pediátrica.